17 10 2020 UN RITUAL RECORRIDO POR LAS CALLES DE MOYA
Acudir periódicamente a visitar Moya forma parte de un ritual que, en mi caso, se inició hace mucho tiempo, cuando el nombre de ese lugar aparecía envuelto entre neblinas misteriosas en que se entremezclaban los hilos de la historia cierta con las malignas influencias de hados adversos conjurados para llevar a la ruina, casi desaparición, al que había sido lugar emblemático y seña de identidad del marquesado. Desde entonces han ocurrido muchas cosas y se han despertado algunas sensibilidades, pero las calles siguen ofreciendo el mismo aspecto de abandono, sin viviendas en las que refugiarse, con únicamente en pie los edificios emblemáticos del Ayuntamiento y la Iglesia, uno frente al otro, como señal indeleble de supervivencia simbólica. Pasear por el empedrado desmochado de estas calles ha sido siempre, lo sigue siendo, un paseo por la nostalgia y la tristeza, entre paredones caídos que apenas dejan entrever los rastros y el trazado de las...