VIDA BREVE, PERO INTENSA, DE ANDRÉS GONZÁLEZ BLANCO
Andrés González Blanco (en realidad, Andrés González-Blanco Gutiérrez, aunque en su obra prescindió del apellido compuesto) nació en Cuenca en 1888 y murió en Madrid el 21 de octubre de 1924, es decir, el próximo lunes se cumplirán cien años de su fallecimiento que, deduzco, no va a tener ninguna conmemoración especial en la ciudad en que nació. Como se puede ver por las fechas que jalonan su existencia, apenas si tuvo tiempo de cumplir 36 años y sin embargo, en tan corto espacio, desarrolló una actividad incansable y una producción literaria tan ingente, que no es posible resumir aquí ni una pequeña parte del centenar de títulos que llegó a publicar. Hijo de un inspector de Primera Enseñanza destinado en Cuenca, nació y creció en el seno de una familia acomodada y con firmes raíces culturales, que se reflejaron en su formación humanista y en la de sus hermanos: Edmundo, filósofo y traductor; Pedro, periodista y escritor y sus hermanas María Asunción y María Dolores, na