14 09 2019 EL ENCANTAMIENTO DE UN CAMINO SINGULAR
El encantamiento de un camino singular Nada más pasar el Arco de los Hermanos Bezudo (que, por cierto, no estuvieron en la conquista de Cuenca por Alfonso VIII, como dice algún aficionado a la historia local), al comienzo del barrio del Castillo, un cartel informa a los paseantes, vayan a pie o en coche: Camino de los Jerónimos, dice. Nunca hubo en Cuenca frailes jerónimos, de manera que malamente pudo haber un camino que llevase hacia ellos. Sería más correcto decir Camino de San Jerónimo, que es como tradicionalmente se ha llamado, en clara alusión a la ermita que hubo por esos parajes y que continúa existiendo, modificada ahora para servir de residencia familiar, como se puede apreciar con toda facilidad. Haría falta muy poco esfuerzo para poner la denominación correcta, cosa que sería posible venciendo un poco la pereza que es mal congénito institucional. El camino fue rebautizado hace ya mucho tiempo, cuando comenzaba la inmersión de la ciudad en los vericuetos