MÁS QUE DIABLOS EN ALMONACID DEL MARQUESADO

Esta Plaza Mayor, que aquí vemos solitaria y silenciosa, proclama desde su centro la que es la imagen de identidad de Almonacid del Marquesado, la figura escultórica que simboliza a un diablo danzante que cada año, a primeros de febrero y durante tres días de ritual cabalístico, trae a este tranquilo lugar ruido y alboroto y hace que el nombre de la villa sea conocido en medio mundo (o más de medio) solo por este hecho. Es cierto que como ocurre en otros lugares y no sólo de España, sino de cualquier punto del mundo, festejos singulares como éste tienen una impronta específica que da carácter, como si no existiera nada más y eso es en buena medida lo que sucede también aquí. La escueta mención de Almonacid del Marquesado trae de inmediato a la mente la imagen de los Diablos y esa es una composición imaginativa imposible de borrar. Pero, como se puede imaginar, en esta villa manchega y fuera de esas fechas significativas, se pueden encontrar más cosas, quizá no muchas más, porque aquí e...