22 04 2021 UNA DELICADA OBRA EN HIERRO EMBELLECE LA HOZ
Todavía, en algunas ocasiones, quizá al hilo de un artículo o comentario, o puede que en uno de esos mensajes que van volando por las redes etéreas, a alguien se le escapa una frase cargada de añoranza hacia el magnífico puente de piedra que en hora aciaga fue preciso volar para poner fin a su agónica ruina. La nostalgia es un sentimiento humano, muy humano; por ello mismo, natural e incluso necesario para confirmar nuestra naturaleza espiritual que, como se dice tantas veces, nos diferencia de los animales. Solo que la nostalgia no debería empañar otros elementos, tales como la objetividad, el razonamiento y el sentido común. O, como dijo en oportuna ocasión Rabindranath Tagore, "Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas". Que es, sencillamente, lo que pasa cuando la imaginación se deja llevar por el señuelo del que fue pétreo puente de piedra, el de San Pablo, cerrando los ojos para no ver que en su lugar hay ahora una auténtica mara