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Mostrando entradas de agosto, 2024

29 08 2024 UN SOPORTE DE FIRME ROCA PARA UN LIGERO ARTE ABSTRACTO

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Supongo que estos días se están multiplicando artículos y comentarios en torno a la figura de Fernando Zóbel. Es normal: se acaban de cumplir cien años desde la fecha de su nacimiento, el 27 de agosto de 1924 y cuando esas cosas ocurren hay una tendencia generalizada a emitir opiniones, por lo común laudatorias y más aún en un caso como éste en que, realmente, todo lo que se diga debe ir orientado necesariamente a valorar la vida y la obra de una persona que hizo todo lo posible (y no era consciente: lo hacía de modo natural) por ser correcto, educado, amable y socialmente activo. Lo sabemos bien en esta ciudad y de manera muy especial en el casco antiguo, en el que fue un vecino ejemplar, uno más del barrio, en el que vivía de modo habitual, donde tenía su estudio de trabajo y donde, finalmente, sus restos reposan en un recoleto rincón del cementerio de San Isidro.             Cuando uno se plantea escribir sobre una circunstancia como la que anima este artículo aspira a decir algo

22 08 2024 LAS FIESTAS QUE CADA CUAL CUENTA SEGÚN LE VAN

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  Dice la sabiduría popular, esa que no necesita notas a pies de página, cada cual habla de la fiesta (o feria) según le ha ido en ella. La frase tiene algunas variantes locales pero más o menos todas coinciden en lo mismo, esto es, la importancia de contar con la experiencia propia para valorar el desarrollo de cualquier asunto. Y eso, aplicado directamente a las fiestas que están a punto de empezar, ofrece algunos elementos para la meditación. La extemporánea celebración de San Julián, en un mes de agosto tan alejado de la fecha real que le corresponde (lo saben todos: en enero) ha hecho que, de siempre, estos festejos hayan estado dotados de un toque de artificiosidad, de impostura, que se ha querido vestir con argumentos más o menos felices finalmente asumidos por todos porque, a fin de cuentas, lo que importa es tener el pretexto necesario para la diversión y el jolgorio, plan en el que el pobre patrón de la ciudad importa poco, por no decir nada, porque salvo la rutinaria misa ca